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Historias de puro terror (o sadismo)

En estos días estoy recopilando y ordenando la información recibida por las familias, de cómo han sido los trámites de inscripción de los peques adoptados en los Registros Civiles españoles.
Cuando fuimos a buscar a las niñas esta opción no se daba, o se inscribían en el Consulado de España en Pekín o... en el Consulado de España en Pekín: ninguna elección posible.


Desde hace un par de años este trámite ya se puede realizar a la vuelta a casa, en el Registro civil más cercano al domicilio.
De hecho esta norma tendría que ser una de las la conquistas a destacar, en la guerra para defender los derechos legítimos de las familias adoptantes.
Más en el caso de China, desde cuando, hace ya varios años, el incremento de las adopciones obliga a dejar el libro de familia en Pekín y esperar que el escaso personal del Consulado (en su momento por lo menos) pueda realizar los trámites de inscripción y enviar, después, el libro de familia de vuelta a España.

Espera que llegó a sumar más de 6 meses. Actualmente, a pesar de la enorme reducción de las adopciones y que muchas familias hacen la inscripción a la vuelta, la espera sigue siendo de un par de meses.

Utilizo la palabra guerra por que otra batalla fue la que se libró en 1996. En esos tiempos los padres pioneros tuvieron que luchar para el derecho a la inscripción y el reconocimiento de la adopción plena (una historia que merecería por si sola unas cuantas páginas).

Desde finales de 2006, si mal no recuerdo la fecha, ya se puede elegir si inscribir los peques en China o en España.
¿donde es mejor hacerlo?

Una respuesta sencilla es imposible.
Y de aquí viene el motivo del título de este post.

El sueño de que las leyes aprobadas se cumplan por la misma administración que les produce es eso: un sueño, un deseo inalcanzable, una quimera diría, a la luz de los correos que estoy recibiendo.

Las diferencia de trato, de documentos pedidos, de atención al ciudadano, es sencillamente enorme. Hay diferencia no sólo entre ciudad y ciudad, sino dentro del mismo registro dependiendo de la mala suerte o la fortuna de que te toque una persona u otra.

Cómo es posible que en la ciudad tal en dos semanas tengas el registro realizado, el libro de familia en la mano, y en dos días más el pasaporte o el DNI de tu hijo, y si te ha tocado vivir a 30 kilómetros de distancia en este otro registro acabes succionado por una espiral de terror puro y te lleguen a pedir de todo y más, en un listado absolutamente esperpéntico producto de una mente perversa, una pura locura, y además, a pesar de aportar todo lo que te piden, al cabo de seis meses todavía estás esperando que te concedan lo que tiene que ser y es UN DERECHO!!!

¿Cómo es posible que si aquí a lado todo va sobre rueda, un poco más allá te vendan la moto de que si esto y si lo otro, y es como tener que subir al Monte Everest para conseguir un papelito?

¿Cómo es posible que la pareja amiga con la que hemos viajado ya tiene todo y a mi me han pedido radiografía de la muñeca, comprobar el sexo del menor, documentosinexistentes, traducciones inútiles, meses de espera, 40 viajes al Registro, decenas de llamadas?

Os invito a contar vuestra experiencia dejando un comentario a esta entrada, además de la denuncia, para indicar donde todo ha sido fácil.
Seguiré trabajando a ese listado de zonas negras y zonas verdes que quizás sirva para el futuro.

Adoplandia
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